Hoy era el día de la dosis de adrenalina. En un principio solo íbamos a ir a Ramallah para buscar alojamiento para la semana que viene y hacer algunas fotos de la ciudad. Bueno hablando con la gente no esteramos que en una localidad cercana se iba a realizar una manifestación en contra del muro. Como no, vamos al lugar. La manifestación era “pacifica” aunque los niños tiraban piedras con sus peculiares hondas, y los adultos cantaban consignas en contra del muro. Poco tiempo falto para que el ejercito Israelí empezara a tirar botes de gas lacrimógeno, la situación no era demasiado peligrosa, a no ser de que en un despiste te cayera un bote a la cabeza. Por lo demás solo decir que el gas escuece que te cagas.

Dejo una foto de la mañana.